Follándose a dos compañeras de trabajo muy perras
Estas dos chicas están teniendo una jornada laboral bastante mala porque han tenido que hablar con clientes que les han colgado el teléfono. Una de ellas está bien jodida y dice que le gustaría follarse a un gilipollas. Por suerte para ellas, en su oficina hay un tío tatuado que es bastante imbécil. Entre las dos se arrodillan y le comienzan a hacer una mamada. A continuación, las apoya contra la pared agarrando esos gordos culos que tienen y las comienza a follar. Pasa de un agujero a otro para penetrarlas a saco hasta que ya no aguanta más la corrida.