Le mete mano sin avisar. ¿QUE HACES? ¡ESTOY CASADA!
A su marido nunca le deja que se la folle fuerte, pero con su amante, esta zorra es capaz de hacer lo que quiera. A la guarra le da morbo tener un hombre que viene siempre a su casa en los momentos en los que su marido no está para clavarle la polla. Por eso actúa como una cerda. Se sube encima a cabalgarle y, cuando nota que el tío la tiene bien dura, se pone a cuatro patas con la intención de recibir todos los golpes de polla lo más profundamente posible. Incluso es tan guarra que deja que se corra dentro de ella.